jueves, 3 de febrero de 2022

Ejercicios III. Nadie es eterno en el mundo. Agustín García Delgado



http://www.eldespecho.com.co/2016/07/dario-gomez-nuestro-idolo-vol-2-lp-1989.html


Nadie es eterno en el mundo

(Darío Gómez, [Colombia, 1951])

Esto es parte de un proyecto: reunir una serie de comentarios a canciones del género norteño mexicano, de esas que se tocan con acordeón y bajosexto (aunque hay tríos con guitarra y bajosexto, sin acordeón; y suele haber grupos que se acompañan de acordeón, saxofón, batería y otros instrumentos). En cuanto uno pretende apegarse a un género, surgen dificultades. Por ejemplo, ¿cuáles estados de la república se consideran “norteños”? ¿Cuáles canciones y cuál música pueden considerarse norteñas: las compuestas en esta región o las que interpretan grupos radicados acá? ¿Entran al mismo costal los conjuntos de acordeón y sax con las llamadas “bandas” del noroeste? Para evitar confusiones, dejaremos fuera de esta compilación a esas agrupaciones de “la onda grupera” que ya casi no existen, como Los Solitarios, Los Silver, y hasta rockeros como Los Apson: todos ellos, sin duda, son del norte, pero no se los puede llamar del género norteño, como serían Los relámpagos del norte, Los invasores de Nuevo León, Los tigres del norte, Los cadetes de Linares, Los cardenales de Nuevo León, Los alegres de Terán, Los broncos de Reynosa y un largo etcétera. Igualmente deben ser tomados en cuenta personajes a quienes conocemos como solistas: Mario Saucedo, Ramón Ayala, Cornelio Reyna, Lalo Mora, Eliseo Robles, Pedro Yerena, Pepe Hernández… Notamos en estas listas incompletísimas dos cuestiones muy importantes. La primera es que se trata de un mundo casi invariablemente masculino; la segunda, que estoy ocupándome de música más o menos viejita y me olvido, por ahora, de los cientos de grupos y solistas surgidos en este milenio y un poco antes. No tendríamos espacio ni energías para abarcarlos a todos y todas.

Otro problema que hubimos de enfrentar es que los norteños tocan y cantan temas propios de la región, pero también otros de origen diverso. Es el caso de la canción que comentaremos hoy, “Nadie es eterno en el mundo”, compuesta por el colombiano Darío Gómez en 1989. Curiosamente, ha sido adoptada por músicos norteños, principalmente. El intérprete mexicano más famoso de esta pieza es el zacatecano Antonio Aguilar, quien la grabó con acompañamiento de banda norteña (quizá en 1986: https://www.youtube.com/watch?v=fBcggBE0EAw) y también con mariachi (en 1995: https://www.youtube.com/watch?v=fdDKL5j9Sng). Yo la escuché por primera vez tocada en docerola por el sinaloense Édgar Fimbres, excelente requintista y cantante (https://www.youtube.com/watch?v=kj3ve6e7lfY). Por lo anterior, considero a esta canción una pieza del folclor norteño, donde ya echó raíces aunque provenga de muy lejos.

Por su ritmo valseado, se adapta perfectamente a los compases de la canción ranchera y norteña. Es más, cuando la interpreta su autor, lo hace con mariachi, y suena muy mexicana (https://www.youtube.com/watch?v=_QfyZsb1KTo). Es notable que haya sido precisamente en el norte mexicano donde el tema y las exigencias musicales de esta canción la hayan logrado acomodar al gusto regional (no en el sur, no entre los intérpretes vernáculos).

Luis Omar Montoya Ávalos define con estas palabras el fenómeno de la música norteña mexicana. Su enfoque es interesante, aún con su brevedad, porque aborda aspectos políticos, además de los históricos:

“Ésta puede definirse desde lo instrumental (acordeón y bajo sexto), desde lo visual (uso de cuera –chamarra– tamaulipeca, botas y sombrero texano) y desde los géneros musicales (corridos, rancheras, boleros, cumbias y baladas). La música norteña también es la fusión de la tuba sinaloense con el acordeón norestense (pensemos en Calibre 50, Julión Álvarez, El Mimoso y Julio Preciado)”. (“La música norteña en México: su importancia y desarrollo”. RDI, Revista Digital Universitaria. En línea: http://revista.unam.mx/vol.18/num4/art33/) Consultado el 10 de enero de 2022.

Los grupos y solistas de este género son cientos en toda la franja norte de México. En Colombia, también, hay un grupo norteño compuesto sólo por mujeres: Las damas de hierro. Otros conjuntos femeninos se van abriendo paso poco a poco, aunque no han conseguido la difusión masiva de los famosos.

Un fenómeno interesante de la música popular es que sus repertorios no son tan territoriales como sus estilos e instrumentos: canciones de la tradición rockera pueden ser interpretados con éxito por mariachis, norteños y banda. Las canciones, aunque mantengan sus derechos de autoría, no pertenecen de manera legal a uno u otro género. Por ello es que nos encontramos con una composición originaria de tan lejos como Colombia, y adaptada al norte mexicano, donde quizá muchos la consideran hija de esta región. La canción es un poema de valor universal. Se dice que al autor lo apodaron “El rey del despecho” por esta letra, pero en realidad se trata de una reflexión honda, sentida, sobre la brevedad de la vida. Basta con escucharla con atención para captar su trascendencia y belleza; por ello, nos ahorramos los comentarios y dejamos hablar al poema. Y vayan a escucharlo en los enlaces que aquí les he dejado.

Sin mayores preámbulos, aquí la letra:

 

Nadie es eterno en el mundo

Nadie es eterno en el mundo
ni teniendo un corazón
que tanto siente y suspira
por la vida y el amor.

Todo lo acaban los años,
dime qué te llevas tú,
si con el tiempo no queda
ni la tumba ni la cruz.

Cuando ustedes me estén despidiendo
con el último adiós de este mundo,
no me lloren, que nadie es eterno,
nadie vuelve del sueño profundo.

Sufrirás, llorarás, mientras te acostumbres a perder,
después te resignarás cuando ya no me vuelvas a ver.

Adiós a los que se quedan,
siempre les quise cantar,
suerte y que la gocen mucho
ya no hay tiempo de llorar.

No lloren por el que muere
que para siempre se va,
velen por los que se quejen
si los pueden ayudar.

Cuando ustedes me estén despidiendo
con el último adiós de este mundo,
no me lloren, que nadie es eterno,
nadie vuelve del sueño profundo.

Sufrirás, llorarás, mientras te acostumbres a perder,
después te resignarás cuando ya no me vuelvas a ver.

 

 No tramité un permiso de quienes poseen derechos autorales sobre esta letra ni las otras que he venido comentando. El motivo es que el presente escrito no tiene intenciones comerciales. Si alguien piensa que sus intereses son vulnerados por esta publicación, bastará con que se ponga en contacto conmigo para retirarla del blog o solicitar el permiso legal.

 

 

No hay comentarios: