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Soy
carpintero de versos.
Con ellos amueblo las paredes
de la memoria, construyo
los estantes del tiempo, la rima
con el remate lempo que domina
el tic tac de mi historia.
Con
ellos,
me apodero de los universos, allá
donde moran los muertos, esos héroes
de grandes epopeyas a los que hoy damos culto.
Mis
herramientas son las letras
con las que los reyes adornan cetros.
Yo
verso porque es mi firma, mi huella,
porque me niego a ser vil bulto.
Si
al principio el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros,
dejemos que la palabra sea verso,
y se ilumine el rostro
del perverso, un minutos antes de besarme.
Uno más,
uno menos,
no habrá diferencia para otros.
Caminante
de las alturas,
soy la semilla de un esclavo:
verde por fuera, rojo por dentro.
No
soy América, soy prieto.
Una espina en la corona,
el pliegue de una máscara
mestiza, Lacandona.
Nací
de mi madre para reinar sobre el mundo.
Soy el hijo mi padre, el príncipe africano,
que predestinado para la conquista,
para
mi desgracia, he dejado de ser negro.
Yo
no navego,
camino sobre las aguas,
como el más pequeño de los humildes.
Soy el líder de estas flores,
que van dejando huella y abriendo camino.
Me
estoy adelantando al tiempo
porque es la única forma que encuentro
de mover la rima, de parir la risa,
con que se multiplican el vino,
el pan, y los peces.
Con ellos amueblo las paredes
de la memoria, construyo
los estantes del tiempo, la rima
con el remate lempo que domina
el tic tac de mi historia.
me apodero de los universos, allá
donde moran los muertos, esos héroes
de grandes epopeyas a los que hoy damos culto.
con las que los reyes adornan cetros.
porque me niego a ser vil bulto.
dejemos que la palabra sea verso,
y se ilumine el rostro
del perverso, un minutos antes de besarme.
Uno más,
uno menos,
no habrá diferencia para otros.
soy la semilla de un esclavo:
verde por fuera, rojo por dentro.
Una espina en la corona,
el pliegue de una máscara
mestiza, Lacandona.
Soy el hijo mi padre, el príncipe africano,
que predestinado para la conquista,
camino sobre las aguas,
como el más pequeño de los humildes.
Soy el líder de estas flores,
que van dejando huella y abriendo camino.
porque es la única forma que encuentro
de mover la rima, de parir la risa,
con que se multiplican el vino,
el pan, y los peces.
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