sábado, 26 de septiembre de 2020

Civilidad. Por Agustín García Delgado




Lo primero que hago al levantarme

es ordenar mi cama.

Antes, recién llegado del sueño,

pienso en las tareas importantes

que me esperan.

Pienso, por ejemplo,

en que debo ser hombre civilizado.

Para ello es preciso limpiarse de apetitos.

Los otros animales lo consiguen

mediante reglas de supervivencia

y dominio jerárquico, familiar a veces,

dentro de la manada.

No conocen la moral y no hace falta.

Nosotros requerimos, además,

la inteligencia, las buenas maneras.

Quien no controla sus apetencias

ni usa la inteligencia y la educación,

es bastante peor que una bestia salvaje,

su conducta nociva daña todo el entorno.

 

Se comienza a salir de la barbarie

ordenando la cama al levantarse,

y antes, en las meditaciones

de la primera vigilia.

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