sábado, 28 de marzo de 2020

Qué hacer durante una reclusión voluntaria (9)

Amigos y amigas, todos queridos: Hoy seré más breve que de costumbre, pues ya es un poco tarde (11:00 pm).

¿Qué sucedió durante el día? Caminé con un poco de frío y constaté cambios en las calles que anduve: menos autos, menos gente a pie. En los negocios de abarrotes y comidas, cuidados más estrictos. Filas bien espaciadas en los bancos, muchas personas con su mascarilla y guantes. Ignoro si la mascarilla será tan importante como los guantes. Ignoro casi todo, pero supongo que la distancia, el saludo sin contacto y la higiene de manos juegan un papel importante en la tarea de alargar el tiempo antes de que haya muchos contagiados en la ciudad.

¿Qué hice yo? Visité a mi novia y hablé de lejitos con ella. Visité a mi nieta, procurando el menor contacto posible, aunque la niña no puede dejar de considerarme su compañero de juegos.

Ya noche, mis anfitriones benditos me invitaron a ver una película de Jean Cocteau, El testamento de Orfeo. Onírica, poética, surrealista, mágica. Hacía rato que no me encontraba con una película-poema de esta calidad. Pueden hallar información técnica en:

Los parlamentos son poéticos, dotados de lúcida locura. Me encantó esta frase que me gusta como epitafio, y es desde luego de Jean Cocteau: “finjan llorar, amigos, los poetas sólo fingen estar muertos”. Las imágenes y efectos corresponden al surrealismo onírico característico del poeta francés.

No dejemos de cuidarnos, no bajemos la guardia. Tal vez lo estamos haciendo bien y hay que hacerlo mejor, pues vienen tiempos duros.

Mi abrazo y mi voto por la salud de todos ustedes, de todos nosotros.

No hay comentarios: