miércoles, 25 de marzo de 2020

Qué hacer durante una reclusión voluntaria (6)

 Hola, amigas y amigos.

Hoy es 25 de marzo y me porté bien, o eso creo. Bueno, poca gracia tiene portarse bien cuando uno está en cuarentena. La palabra cuarentena quizá esté mal empleada, pues la crisis viral parece que va para más largo. Hay que armarnos de paciencia y solidaridad, responsabilidad y planificación.

Hoy me invitaron a participar en algo interesante: grabar un pequeño video donde yo leyera un poema de mi elección. Encontré uno muy bello de Pedro Salinas, el gran poeta español.

Ya que lo grabé, me puse a leer más poemas de este maestrazo y otros más de la gran poeta mexicana Dolores Castro.

No pensaba salir a caminar hoy, pero hace rato, cuando aún había sol, me decidí: el huarache apuntó hacia la casa de mi novia y allá voy. Al llegar, me enteré de que sufrió una caída cuando, trepada en una escalera para limpiar los gabinetes de la cocina, perdió pie al bajar y se golpeó espalda y nuca. Muy peligroso es, amigos y amigas, e imprudente, utilizar escaleras cuando uno está solo. Los accidentes no son infrecuentes y más vale que haya alguien más cuando trabajamos en esas máquinas traicioneras. En fin, por suerte no pasó a más de un dolorcillo de cabeza y una lección, espero que bien aprendida.

Como siempre, me puse a regar los árboles de la calle con un bote de 20 litros, a la vez que charlaba largo y tendido con la mujer que me escuchaba tras la puerta, como novia de las de antes (¿de veras fueron así los noviazgos alguna vez?)

De regreso a mi guarida, ya cayendo la tarde, observé a la gente (sin acercarme mucho, por aquello de Susana Distancia): sólo una mujer vi que caminaba con su cubrebocas, y las demás personas departían despreocupadas. Eso sí, muy pocas personas y en grupos familiares o muy reducidos. ¿Será que los juarenses sí tomamos en serio la pandemia y nos estamos cuidando? Eso espero.

En algún momento del día leí varias páginas de Lecciones de literatura, Berkeley, 1980, de Julio Cortázar. Siempre ameno, este che, e ilustrativo. Un plus de la obra es que inserta fragmentos largos de sus cuentos, a veces cuentos completos. Como se trata de charlas para estudiantes de letras en Berkeley, utilizó su propia obra para ejemplificar temas teóricos, como la fantasía y el realismo en los relatos y otros asuntos. Para mí es un regalo, pues así puedo releer cuentos de Julio y hasta leer algunos que no conocía. Qué mayor regalazo habrá sido para aquellos estudiantes de Berkeley.

Más tarde, quizá mis anfitriones me inviten a ver una película con ellos. No a cenar, porque no cenan, pero con unas botanas, una copita de vino, la noche llega hasta el momento en que nos dé sueño. Se habrá cumplido otra jornada y vamos pensando en quehaceres de mañana.

Amigas, amigos, no dejen de sonreír. Busquen e inventen motivos para ello. Seamos responsables y cuidemos de los demás, conocidos o no, cercanos o lejanos. Va para ustedes mi abrazo virtual y cálido y salubre.

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