viernes, 26 de marzo de 2021

Valija rota. Por Agustín García Delgado

 

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Cuando viajo, viene conmigo un veliz roto, el mismo siempre. Es de cuero, con aristas y esquinas metálicas. Junto a una esquina, hay un agujero apenas notorio que disimulo por dentro con prendas del color de la vaqueta. Creo que en los autobuses hay ratones y entran a roer mi ropa. Ellos perforaron mi maleta. Me doy cuenta cuando me presento en una fiesta, o tengo que dar una conferencia, o me acerco a declarar mi admiración a una desconocida. La gente no me ve a los ojos, no: ven mi vestimenta, y entonces observo en los puños de mi saco pequeñas raeduras, un botón de madera carcomida, las rodillas perforadas de mi pantalón. Al cinto le deslucen pedacitos arrancados aquí y allá. A veces falta una punta del cuello en la camisa. Eso ven en mí, no las virtudes que se asoman en mi honesta mirada y cualquiera podría descubrir, si no fuera por las marcas de las garras e incisivos que practican los ratones durante mis viajes. Un día monté, aunque no me gusta, en un avión para acudir a una importante fiesta en el país vecino. Pensé: a los aviones no está permitido que suban roedores. De todos modos, por si acaso, conseguí papel de estraza y retaqué por dentro el hoyo de la maleta. Sólo fijándose muy bien, podríase notar el desperfecto. Llegué a destino, me alojé en hotel barato (pero antes pregunté si habría ratones; casi me niegan la reservación). Cuando me puse el piyama colorido lo sentí muy ventilado: agujeros por detrás y por delante, como un queso. Claro, el papel no detiene a bestias uñudas, greñudas y dientudas. Por lo visto, profesan igual dilección por las prendas de fibra natural. Con instinto asesino, vacié la maleta, pero no hallé nada. Volvieron los animalitos a su cueva del aeroplano o ya ocuparon guaridas imposibles en este hotel sin plagas. No hubo tiempo ni dinero para ropa nueva. En unas horas me habría de presentar en la mentada fiesta.

            Ay de mí, triste mil veces, así fui, en traje de audaz decoración. Ventilas y ventanas diminutas en costados, frente y retaguardia, a la boda de mi hija, la mayor.

 

 

Marzo, 2021

 

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