viernes, 24 de abril de 2020

Mi homenaje a los y las trabajadores de la salud

Ángeles con uniforme blanco, azul

Hay quien unta sangre al marco de su puerta
no sea que la muerte quiera entrar.
Mientras tanto, ángeles con uniforme blanco, azul,
armados con ese tirapiedras que se llama ciencia,
con escobas, también, y compasión
por los enfermos, aguardan
donde saben que la muerte ha de llegar.
Limpian camas de hospital, aplazan el final
hasta donde pueden amor y medicina.

Yo pondré en el árbol una cinta blanca:
es mi forma de aplaudir a nuestros ángeles
que van armados de una ciencia minusválida
y una vocación suprema.

En la calle hay peligro, además de los contagios:
ese lado imbécil de la gente
que ve amenazas donde está su alivio.
Gente que escupe al cielo, que golpea
contra su propio escudo.

Yo pondré una cinta blanca en la ventana.
Que cuando pase una enfermera, un intendente,
un médico que se descuida por cuidarme,
vea que hay un corazón agradecido.

En lugar de tinta roja o sangre en el dintel,
un listón blanco.

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