(Necesaria petición de perdón: amigos, múltiples razones, todas personales, han impedido el flujo acelerado de estos dizque "Consejos elementales". Sin embargo, sigo empeñado en ofrecer todo el desarrollo de este limitado material, y aquí va la parte 6. Siéntanse en libertad de preguntar y opinar).
Como dijimos en el apartado
anterior, la información que incluimos en nuestro escrito, si fue transcrito o
tomado de otro autor o de una fuente cualquiera (un periódico, una página
electrónica), debe incluir su atribución o referencia. Por ejemplo, si menciono
o cito parte de la obra Redacción sin
dolor, debo poner entre paréntesis, frente al título, la referencia y la
página de donde se transcribe: “(Cohen, 2010, pp. 15-16)”. Luego, en la sección
de bibliografía, que por lo regular ponemos al finar del artículo en orden
alfabético, la referencia completa: “Cohen, Sandro (2010). Redacción sin dolor. México: Planeta, 5ª ed., 2010, 408 pp.” Desde
luego, esta es una de las varias formas de citación utilizadas, pero es muy
importante incluir todos los elementos de la información editorial: autor,
título de la obra, lugar de edición, casa editora… Por cierto, Cohen mantiene
activo un sitio electrónico donde, entre otras cosas, ofrece múltiples ejemplos
de errores escriturales y la manera de evitarlos; además, y sobre todo, indica
los caminos precisos para redactar bien. La dirección es la siguiente: http://www.sandrocohen.org/redaccion/
Se
puede utilizar una fórmula para recordar los elementos infaltables en toda
referencia bibliográfica, en este caso, la ficha de un libro. Piénsese en la
palabra “PALETA” (así, en mayúsculas). Ahora, invirtamos dos de las letras para
llegar a esta otra palabra sin aparente sentido: “PAELTA”. Leída de derecha a
izquierda, tenemos ya las siglas de los componentes principales en una
referencia.
Autor o autores
—o coordinador, editor, compilador, etcétera—; Título; Lugar de edición;
Editorial —casa editora, Año de impresión, Páginas —las páginas totales del
libro. Pongo dos ejemplos, colocando los datos de libros que tengo a la mano en
una tabla, para hacerlo más gráfico:
A
|
T
|
L
|
E
|
A
|
P
|
Autor
|
Título
|
Lugar
de edición
|
Editorial
|
Año
de edición
|
Páginas
|
Gelman, Juan
|
Los otros
|
México
|
Alforja / UANL
|
2008
|
184 pp.
|
Hernández, Víctor Manuel
(Coordinador)
|
Fronteras y
reconstrucciones en filosofía de la ciencia
|
Ciudad Juárez
|
UACJ
|
2013
|
216 pp.
|
Las fichas
quedarían de este modo:
Gelman, Juan, Los otros.
México, Alforja / UANL, 2008, 184 pp.
Hernández, Víctor Manuel, Fronteras
y reconstrucciones en filosofía de la ciencia. Ciudad Juárez, UACJ, 2013,
216 pp.
El orden
propuesto por APA (American Psychologidal Association), es ligeramente
distinto, y los componentes llevan esta secuencia: autor, / año de impresión, /
título, / lugar de edición, / editorial. No hace falta poner el número de
páginas en la ficha de bibliografía; en cambio, sí se escribe el número de la
página o las páginas citadas, entre paréntesis y dentro del texto, cuando es
necesario. Hay ciertas características que se harán visibles en los ejemplos a
continuación:
Gelman, J. (2008). Los otros. México: Alforja / UANL.
Hernández, V. (2013, p. 16). Fronteras y reconstrucciones en filosofía de
la ciencia. Ciudad Juárez: UACJ.
Nótese que el
año va entre paréntesis, junto al nombre del autor. La puntuación es
importante: se utilizan principalmente puntos, excepto entre el lugar de
edición y la editorial. No se utilizan cursivas. APA es un modelo simple, que
evita las notas a pie de página, no utiliza cursivas, nombra a los autores de
manera breve (apellido e inicial del nombre) en el cuerpo del texto. Pero será en otro apartado donde
comentemos, muy resumidos y con ejemplos, los principales modelos de citación.
Por lo pronto, esta fue la forma de ordenar las fichas en la lista de
referencias que se pone al final de un artículo o un libro.
Algunos modelos
de citación prefieren colocar la referencia a pie de página. Otros, para evitar
la profusión excesiva de notas, lo hacen del modo que acabamos de ejemplificar,
dejando para el pie de página solo unas cuantas explicaciones indispensables.
Por cierto, en las notas a pie no debe ponerse aquello que continúa lo que se
dice en el texto, sino aquello que no podría ir en la página pero contribuye
con una necesaria aclaración. Es más decoroso un escrito que contiene nada más
las notas imprescindibles, es decir, las menos posibles. Un artículo que
contiene una proporción muy grande de notas al pie, muchas de ella no del todo
necesarias, desde su aspecto visual ya es un material farragoso. ¿Por qué?
Porque las notas a pie de página:
1) distraen el
flujo constante de la lectura;
2) tienen
tipografía más pequeña e interlineado menor que el texto principal, produciendo
cansancio en el lector;
3) con
frecuencia pueden quedar perfectamente en el cuerpo del texto, ayudando a la
fluidez del discurso.
Los
tres incisos anteriores deben tomarse casi como una serie de opiniones
personales. De ningún modo estamos negando la importancia de las notas como
herramienta informativa, amplificadora de conceptos, vía de clarificaciones.
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