viernes, 14 de marzo de 2014

6) Referencias y notas

(Necesaria petición de perdón: amigos, múltiples razones, todas personales, han impedido el flujo acelerado de estos dizque "Consejos elementales". Sin embargo, sigo empeñado en ofrecer todo el desarrollo de este limitado material, y aquí va la parte 6. Siéntanse en libertad de preguntar y opinar).

Como dijimos en el apartado anterior, la información que incluimos en nuestro escrito, si fue transcrito o tomado de otro autor o de una fuente cualquiera (un periódico, una página electrónica), debe incluir su atribución o referencia. Por ejemplo, si menciono o cito parte de la obra Redacción sin dolor, debo poner entre paréntesis, frente al título, la referencia y la página de donde se transcribe: “(Cohen, 2010, pp. 15-16)”. Luego, en la sección de bibliografía, que por lo regular ponemos al finar del artículo en orden alfabético, la referencia completa: “Cohen, Sandro (2010). Redacción sin dolor. México: Planeta, 5ª ed., 2010, 408 pp.” Desde luego, esta es una de las varias formas de citación utilizadas, pero es muy importante incluir todos los elementos de la información editorial: autor, título de la obra, lugar de edición, casa editora… Por cierto, Cohen mantiene activo un sitio electrónico donde, entre otras cosas, ofrece múltiples ejemplos de errores escriturales y la manera de evitarlos; además, y sobre todo, indica los caminos precisos para redactar bien. La dirección es la siguiente: http://www.sandrocohen.org/redaccion/
            Se puede utilizar una fórmula para recordar los elementos infaltables en toda referencia bibliográfica, en este caso, la ficha de un libro. Piénsese en la palabra “PALETA” (así, en mayúsculas). Ahora, invirtamos dos de las letras para llegar a esta otra palabra sin aparente sentido: “PAELTA”. Leída de derecha a izquierda, tenemos ya las siglas de los componentes principales en una referencia.
Autor o autores —o coordinador, editor, compilador, etcétera—; Título; Lugar de edición; Editorial —casa editora, Año de impresión, Páginas —las páginas totales del libro. Pongo dos ejemplos, colocando los datos de libros que tengo a la mano en una tabla, para hacerlo más gráfico:

A
T
L
E
A
P
Autor
Título
Lugar
de edición
Editorial
Año
de edición
Páginas
Gelman, Juan
Los otros
México
Alforja / UANL
2008
184 pp.
Hernández, Víctor Manuel
(Coordinador)
Fronteras y reconstrucciones en filosofía de la ciencia
Ciudad Juárez
UACJ
2013
216 pp.

Las fichas quedarían de este modo:

Gelman, Juan, Los otros. México, Alforja / UANL, 2008, 184 pp.
Hernández, Víctor Manuel, Fronteras y reconstrucciones en filosofía de la ciencia. Ciudad Juárez, UACJ, 2013, 216 pp.

El orden propuesto por APA (American Psychologidal Association), es ligeramente distinto, y los componentes llevan esta secuencia: autor, / año de impresión, / título, / lugar de edición, / editorial. No hace falta poner el número de páginas en la ficha de bibliografía; en cambio, sí se escribe el número de la página o las páginas citadas, entre paréntesis y dentro del texto, cuando es necesario. Hay ciertas características que se harán visibles en los ejemplos a continuación:

Gelman, J. (2008). Los otros. México: Alforja / UANL.
Hernández, V. (2013, p. 16). Fronteras y reconstrucciones en filosofía de la ciencia. Ciudad Juárez: UACJ.

Nótese que el año va entre paréntesis, junto al nombre del autor. La puntuación es importante: se utilizan principalmente puntos, excepto entre el lugar de edición y la editorial. No se utilizan cursivas. APA es un modelo simple, que evita las notas a pie de página, no utiliza cursivas, nombra a los autores de manera breve (apellido e inicial del nombre) en el cuerpo  del texto. Pero será en otro apartado donde comentemos, muy resumidos y con ejemplos, los principales modelos de citación. Por lo pronto, esta fue la forma de ordenar las fichas en la lista de referencias que se pone al final de un artículo o un libro.
Algunos modelos de citación prefieren colocar la referencia a pie de página. Otros, para evitar la profusión excesiva de notas, lo hacen del modo que acabamos de ejemplificar, dejando para el pie de página solo unas cuantas explicaciones indispensables. Por cierto, en las notas a pie no debe ponerse aquello que continúa lo que se dice en el texto, sino aquello que no podría ir en la página pero contribuye con una necesaria aclaración. Es más decoroso un escrito que contiene nada más las notas imprescindibles, es decir, las menos posibles. Un artículo que contiene una proporción muy grande de notas al pie, muchas de ella no del todo necesarias, desde su aspecto visual ya es un material farragoso. ¿Por qué? Porque las notas a pie de página:

1) distraen el flujo constante de la lectura;
2) tienen tipografía más pequeña e interlineado menor que el texto principal, produciendo cansancio en el lector;
3) con frecuencia pueden quedar perfectamente en el cuerpo del texto, ayudando a la fluidez del discurso.


            Los tres incisos anteriores deben tomarse casi como una serie de opiniones personales. De ningún modo estamos negando la importancia de las notas como herramienta informativa, amplificadora de conceptos, vía de clarificaciones.

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