martes, 12 de febrero de 2013

Mi lugar


Mi lugar es un pedazo de tierra,
siempre a mi lado viaja como hermano entrañable;
me lleva como alfombra fabulosa de Persia.

Me desplazo con ella,
con mi tierra camino cruzando la frontera.

En estas suelas traigo la evidencia:
esta hermana es conmigo
lo que el aire a las alas
de todo animal u objeto que aletea.
Es mi medio, como el agua del pez.

¿Es ajena la cama de un hotel de otra patria
cuando descanso en ella?
¿A quién pertenece mi sueño en esa hora
tenebrosa o feliz?

Me place compararme con los pájaros:
conquistadas las alas del viento por las plumas;
no hay alguien que reclame propiedades aéreas.
Por su cadencia grácil,
por su ambición, su altura,
son las aves libertos ejemplares.

Mi pensamiento es un todoterreno,
mi corazón planea como albatros
por planicies abiertas bajo el cielo.

Corazón y pensamiento van sin visa.
A veces, en efecto, no tengo pasaporte,
y esos que no comprenden mi unión con el país
que es uno y todos,
construyen muros que impiden el abrazo,
paran el trotecito de mi senda conmigo:
allá, en otro terruño que es el mismo
se detiene a esperarme otro pedazo de mí.
Queda, confuso,
suspendido en el viaje mi zapato andador.