viernes, 22 de julio de 2011

Poesía en el cine

Hace días vi en la televisión un fragmento de Goodbye again, película protagonizada por Ingrid Bergman, Yves Montand y Anthony Perkins. Me impactó la siguiente escena: va ella manejando por la carretera; llora por un insoluble problema amoroso y las lágrimas empañan su mirada. Vemos caer agua sobre un cristal a través del cual compartimos la visión de Ingrid (Paula Tessier) —aunque no llueve—, como si el lente de la cámara fueran sus ojos. Ella, en un gesto absurdo y a la vez altamente poético, pone a funcionar los wipers, que repasan una y otra vez el parabrisas infructuosamente, porque la única humedad existente es la de sus lágrimas. Ella rompe a llorar con más fuerza por ese fracasado intento de borrar las huellas de su pena. Sublime. Se trata de una solución cinematográfica de las más bellas jamás vistas por este cinéfilo en ciernes (oh, sí, a mis 53). Imposible decir con palabras lo proyectado por la insuperable secuencia. Esto es sólo una invitación a que, si pueden, la vean por ustedes mismos.

La película es de 1961, producida y dirigida por Anatole Litvak. Está basada en una novela de Françoise Sagan, Aimez-vous Brahms?, publicada por primera vez en Francia, 1959. En Estados Unidos apareció com Goodbye again, probablemente el mismo año que la película.

Para mayor información:

http://www.filmscoremonthly.com/notes/goodbye_again.html (interesante comentario; en inglés).

1 comentario:

Míkel F. Deltoya dijo...

Vi aquella película hace un tiempo, sin duda alguna es muy buena.

Saludos!