Hace rato deseaba poner alguna selección de canciones que me gustan. Aquí y ahora (hic et nunc) comparto con ustedes una que habla de vivencias muy juarenses. Directamente lo digo: un loquito entrañable, simpático de nuestro pasado cercano. No sé si ocurrió hace dos, tres décadas. Pero de que anduvo por acá, no hay duda: no fue un sueño colectivo, sino un chico real que se creía híbrido de hombre y automóvil. O quizá pensaba que el volante que siempre llevó en sus manos valía por todo el auto. O quizá, pensaba que nosotros lo creíamos loco y él sólo jugaba. O nos creía locos, capaces de imaginar que él iba en un auto... la locura es insondable y nadie sabe si está de este lado o de aquél. Mi hermano lo interpreta de este modo:
Blues del Güero Mustang
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